El qué hacer con tu vida es casi una pregunta filosófica. Esto se da particularmente cuando uno está terminando el colegio y se tiene que tomar la decisión de qué estudiar después o tras los estudios universitarios qué hacer…. Esto porque está claro que en la vida para «ser feliz y éxitoso» tienes que cumplir con lo siguiente «tener buenas calificaciones en el colegio, entrar a una buena universidad, conseguir un empleo en una gran empresa, casarte y tener hijos». Sin embargo ese un paradigma de la sociedad que muchos cada vez más están demostrando que está roto.

Vivimos hoy en día en un mundo globalizando, en que cada vez más se hace más importante desarrollar nuevas habilidades más que tener tantos títulos y certificados, más que cuentes lo que sabes cada vez es más importante que demuestres lo que realidad sabes hacer. Ya son muchas las empresas en especial las tecnológicas y de a poco grandes empresas como EY, que dejan de lado los títulos y se preocupan primordialmente de tus verdaderas habilidades. Es así también como muchos jóvenes están demostrando que no es necesario entrar a la universidad  y luego conseguir un buen trabajo para ser exitoso.  Acá les quiero dejar la historia de Ritesh Agarwal, quien partió a los 17 emprendiendo.

Una noche, cuando contaba con 17 años, Ritesh Agarwal se vio forzado a quedarse fuera de su apartamento en Delhi. Todo terminó en un pequeño percance que le cambiaría la vida.

Al tener que registrarse en un hotel se encontró con una situación que ya había experimentado varias veces mientras viajaba por India.

«El recepcionista estaba dormido», relata Agarwal.

«Los tomacorrientes de la habitación no funcionaban, el colchón estaba roto, el agua estaba botándose en el baño y, al final, no me dejaron pagar con tarjeta».

«Pensé que si era mi problema, tenía que serlo para muchos viajeros. ¿Por qué India no puede tener un buen estándar de habitaciones de hotel a un precio razonable?».

Ahora, a los 21 años, Agarwal es el fundador y director ejecutivo de Oyo Rooms, una red de 2.200 hoteles en 100 ciudades de toda India, con ingresos mensuales de US$3,5 millones y 1.500 empleados.

La firma trabaja con hoteles independientes de cadenas para mejorar sus instalaciones y entrenar al personal.

Los establecimientos quedan remozados con el nombre de la empresa que, a partir de ese momento, se lleva un porcentaje de sus ingresos.

Oyo ayuda a los hoteles a efectuar remodelaciones para clientes más exigentes.

Y el propietario del hotel se beneficia de tener una mayor ocupación, al contar con el respaldo de la marca Oyo.

Además, como parte del negocio, también desarrolló una aplicación que los huéspedes pueden usar para hacer reservaciones, obetener indicaciones para llegar al hotel y luego usar sus instalaciones como, por ejemplo, el servicio de habitaciones.

Duro viaje

A pesar del rápido crecimiento de la empresa, Agarwal dice que al principio todo le resultó «extremadamente difícil».

«Nadie creía que esto podría ser una empresa tecnológica en el futuro».

El personal de Oyo asiste en cualquier problema que no puede ser resuelto mediante la aplicación.

Pero algunas personas sí confiaron en él.Una idea similar, que terminó evolucionando hasta llegar a ser Oyo Rooms, lo hizo acreedor de la codiciada beca Thiel Fellowship, un programa patrocinado por Peter Thiel, co-fundador de PayPal y unos de los primeros inversionistas en Facebook.

La beca se otorga a 20 adolescentes cada año para que dejen de estudiar e intenten, en su lugar, emprender un negocio.

Y Agarwal usó el dinero para lanzar la empresa en junio de 2013.

En julio de 2013 comenzó con un presupuesto de US$900 al mes, trabajando con un hotel en Gurgaon cerca de Delhi.

«Yo hacía de gerente, ingeniero, recepcionista y también llevaba cosas a las habitaciones», recuerda. «En la noche escribía los códigos para desarrollar nuestra aplicación y mejoraba nuestra página de internet. Sin embargo, conjuntamente también estaba desarrollando equipos sólidos de trabajo porque sabía que quería ampliar este proyecto».

Sin embargo, la única forma de persuadir a los inversores del valor de su idea fue mostrándoles lo malo que eran algunos hoteles económicos en India.

«Me llevé a mi primer inversor al hotel que había desarrollado y a los otros hoteles donde había muchos problemas. Vio lo convencidos que estábamos en el proyecto y se sintió bien de estar invirtiendo en algo que podría marcar una diferencia», recuerda Agarwal.

Ahora la empresa ha crecido y atraer nuevos inversionistas se ha vuelto más fácil. Recientemente, la firma se aseguró US$100 millones de la entidad japonesa Softbank.

Oyo procura que los clientes de hoteles económicos queden satisfechos con las habitaciones que alquilan.

No obstante, cuando comenzó la compañía muchos dijeron que estaba loco.

«Pero porque era loco, era posible. Es verdad: si piensas cosas locas, ese es el momento en el que pueden ser mucho más factibles».

Así contada la historia, podría parecer que la travesía de abandonar la escuela a ser propietario de un negocio fue fácil, pero Agarwal recalca que comenzar un negocio a los 17 años no lo fue para nada.

Y relata que le fue muy difícil lograr cosas normales como abrir una cuenta bancaria o contratar personal.

Igualmente, indica que al ver su edad algunas personas buscaron aprovecharse de él.

«Quisieron embaucarme para conseguir sus objetivos a corto plazo. Sin embargo, también me encontré con gente muy buena y mis experiencias con ellos superaron con creces todos los otros problemas», agrega.

Inicio precoz

Agarwal fue ambicioso desde muy pequeño.

Creció en Rayagada, un pequeño pueblo en el estado de Orissa, en el este de India, y comenzó redactando códigos informáticos a los ocho años.

«Utilicé los libros de mi hermano y fue la primera vez que vi que pasaban cosas en el computador por lo que estaba haciendo. Sentí la emoción de crear cosas nuevas y, desde entonces, no he parado».

Ya a los 13 años Agarwal comenzó a ayudar a la gente en su pueblo a diseñar páginas de internet y a los 17 escribió un libro sobre las escuelas de ingeniería del país como guía para que los estudiantes pudieran elegir el curso apropiado para sus intereses.

Mirando al futuro

Ahora su ambición se ve en los planes que tiene para la empresa. Agarwal quiere que se expanda internacionalmente y espera crear la mayor red hotelera del mundo.

Ritesh sigue siendo la persona más joven en su propia empresa.

Sin embargo, admite que no será fácil, subrayando que reclutar el personal idóneo mientras la compañía crece es difícil.

Actualmente, su interés está centrado en hacer mejoras basadas en las respuestas de los consumidores.

Y se muestra optimista con respecto a la expansión de la compañía internamente, señalando que la creciente penetración de los teléfonos inteligentes e internet ofrecen un «enorme potencial» en India.

Recomendación

Para quienes estén interesados en emular su éxito, no es de sorprender que su recomendación sea «empezar temprano».

«Comienza realmente rápido. Si fracasas, aprenderás y así aumentarán las posibilidades de que tengas éxito en tu próxima emprendimiento».

Para finalizar no quiero que se queden en la mente simplemente con como un chico muy jóven de un país lejano se hizo millonario y como tú también lo puedes hacer en unos pocos días. Detrás de esta historia hay un gran esfuerzo y dedicación, y el punto importante que debes tener en mente es que no necesitas seguir los estándares tradicionales para ser feliz y conseguir lo que tú quieres. 

 

Fuente: BBC