El mundo laboral conlleva diferentes visiones, desde la intención de crecimiento hasta la inseguridad de ser o no un buen elemento, sin embargo, hay que tomar en cuenta la posibilidad de caer en el Síndrome del Impostor.
El Síndrome del Impostor consiste en una inseguridad que se relaciona a no merecer los logros en el ámbito laboral.
Hace muchos años, en la década de los 70 el término el Síndrome del Impostor era asociado a las mujeres en sus trabajos.
Sin embrago, con el paso de los años se ha ido relacionando con todas las personas, pues no se trata de género, sino de un aspecto mental de inseguridad.
De hecho, las personas con esta inseguridad habitualmente sientes que defraudan a sus empleadores, empresas y así mismos.
Además, se sienten mal consigo porque no creen merecer lo que tienen; incluso, el Síndrome del Impostor se asocia a “golpes de suerte” para conseguir algo.
5 formas de detectar el Síndrome del Impostor
- Alerta, si tienes alguna de estas observaciones… ¡O todas!, sin duda sufres de este padecimiento, que sin duda es un obstáculo en tu crecimiento.
- Cuando creas que tu puesto de trabajo, tus logros o ascensos son golpes de suerte y no por habilidades y capacidad, lo cierto es que eres candidato.
- peor aún, pensar que en algún momento se darán cuenta de tu “falta de capacidad”, acrecienta este padecimiento.
- Que tu autoestima baje con respecto a cómo ves los logros que tienes en tu trabajo y no a las habilidades que posees,
- Ojo aquí, porque si tu falta de confianza laboral determina tus estados de ánimo, así como el deterioro de tu salud mental, hay un riesgo muy grande.
Tener metas personas en cualquier área de desempeño es un acto de vital importancia, siempre que no se descuide el ámbito personal.
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